Lecciones que me dejó el 2020

Bienvenidos al último artículo del año ¡Lo Logramos! Llegamos al final del año más largo de nuestra
historia. El 2020 nos ha traído muchos retos y algunos logros. En este último escrito del año ofrezco una reflexión de lo que yo he aprendido durante este año. Como todo escrito basado en una experiencia personal, no todo lo que he escrito aquí aplicará a todo el mundo, pero lo comparto como invitación a reflexionar desde un lado positivo sobre lo aprendido durante la adversidad.

1.      La importancia de tener múltiples fuentes de ingreso

Como muchas otras personas este año se redujeron las horas de trabajo, por lo tanto, mi fuente
principal de ingreso se vio afectada. Esto resultó en una examinación de mis hábitos de compras y cambios en mi manera de manejar el dinero. Aunque a nadie le gustan las reducciones en presupuesto, yo decidí invertir tiempo, energías (y sí, un poco de dinero) en revitalizar mi “guiso” por el lado, o mis servicios por contrato. En otras palabras, durante el 2020 le dediqué más tiempo y energía a mi segunda fuente de ingresos, para poder balancear la pérdida de horas en mi empleo regular. Seguimos a flote 😊

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2.      Tenemos que re-pensar las destrezas de hablar en público.

Durante este año tuve el privilegio de hacer varias presentaciones en línea en conferencias
internacionales y como invitada a varios cursos. Este proceso me ayudó a entender las similitudes y diferencias que hay entre hablar en público en el espacio físico versus el espacio virtual. Otros elementos como el “networking” y las reuniones se han transformado radicalmente en la falta del espacio físico. Pero no todo es negativo, los nuevos espacios de encuentro virtual le han dando la oportunidad a muchas personas alrededor del mundo a conectar con sus grupos profesionales en una manera más costo efectiva y rápida.

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3.      Hay que dedicar tiempo a la salud física y mental

Admito que antes del 2020 nunca le ponía mucha cabeza el ejercicio. Como caminaba a todos lados, tenia mi clase de “fitness” una vez en semana y comía razonablemente, pensaba que con esto bastaba. Pero de repente no se puede caminar a ninguna parte, las clases de ejercicio son limitadas y el estrés me tiene comiendo de más. Luego de dos o tres meses las libras se empiezan a notar y mi respiración se hace más difícil. Ya no podía caminar al mismo ritmo que mis amigos. Fue por esto por lo que decidí comenzar una rutina de ejercicios mañanera, aumentar mis clases de baile, y poner más atención a lo que comía. Aunque fue difícil las primeras semanas, descubrí que no todos los ejercicios están hechos iguales y que el “secreto” era encontrar movimientos que me gustaran a mí (muerte al push-up!). Ahora he podido bajar las “libras de la cuarentena”, mejorar mi función cardiaca, y comenzar el día más alerta.

 Adicionalmente, para poder enfrentarme mejor a los cambios, he conectado con una profesional de la salud mental y re-tomado la práctica de ir a terapia por lo menos una vez al mes (a veces más porque el 2020 suckea). Sigo recomendando ir a terapia varias veces al año, si lo estabas pensando y querías una señal, aquí esta.

4.      La importancia del espacio

Muchos de nosotros nos hemos movidos de la oficina o el salón de clase al trabajo remoto en el
hogar. Yo no sé ustedes, pero me he dado cuenta lo fácil que es distraerme cuando estoy en casa. Mi hogar nunca ha estado tan limpio y organizado, pero es porque cada vez que hay algo fuera de lugar tengo que parar y recogerlo (es parte de mi personalidad, sorry!). Antes podía dejar las cosas en el piso e ignorarlas mientras estaba en la oficina, ¡Pero ahora no hay escapatoria! Extraño poder “escaparme” a la biblioteca o el café para poder escribir.

 También me he dado cuenta de lo diferente que es trabajar sin la energía kinésica de oír las pisadas en los pasillos o ver a mis compañeros caminando por el espacio. Esto puede ser positivo, hay veces que prefiero enfocarme en una cosa, pero en esos días que me falta la energía para seguir trabajando, extraño el movimiento de la gente alrededor.

¿Qué he hecho para trabajar mi espacio? He dedicado tiempo y dinero para mantener mi escritorio lo más limpio y organizado posible. No solo en cuanto a minimizar el reguero, pero en simplificar la decoración. Mantengo un diseño “sleek” con solo 3 colores y mucho espacio abierto. Para “bloquear” los ruidos de la calle tengo un par de audífonos grandes y cómodos. Escucho música de fondo o pongo “sonidos naturales”. De vez en cuando salgo del escritorio y trabajo desde el sofá o el patio para cambiar el ambiente. Uno hace lo que puede.

 

5.      Sobrevivir es un trabajo de equipo

No hay nada que te haga repensar cuanto necesitamos otras personas que una crisis. Desde los
amigos que me ayudaron a hacer compra, los vecinos en mi “pod” que verifican que no este sola y me invitan a comer de vez en cuando, hasta las “chicas del chat” que celebran todos mis logros y suavizan mis tropiezos. El 2020 nos ha recordado la importancia de la conexión humana. Y a ustedes mis amigos virtuales, gracias por leerme y motivarme a seguir trabajando durante este año. Los aprecio y estoy aquí para ustedes.

 

El 2021 viene con nuevos proyectos y sorpresas en Excellence Student Plus, pendientes al blog y a nuestras redes sociales para más detalles.

Los quiero,

Laura

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